Cuando hablamos de gestión de riesgos, solemos centrarnos en aplicar metodologías, matrices o herramientas de evaluación. Sin embargo, el verdadero punto crítico se encuentra mucho antes: en la identificación inicial de los riesgos.
Si no se identifican correctamente los riesgos, todo el proceso posterior —análisis, evaluación y tratamiento— se construye sobre una base incompleta o errónea. En otras palabras, no se puede gestionar lo que no se conoce.
Una buena identificación de riesgos implica mucho más que una simple lista
Una identificación efectiva de riesgos es la base de una gestión sólida. No se trata solo de detectar posibles amenazas, sino de entender profundamente cómo estas pueden impactar los objetivos de la organización. Para lograrlo, es esencial considerar varios aspectos clave:
1. Comprender el contexto interno y externo de la organización
Antes de identificar los riesgos, la organización debe analizar su entorno.
El contexto externo incluye factores económicos, políticos, tecnológicos, sociales, legales o ambientales que pueden influir en las operaciones.
Por otro lado, el contexto interno se relaciona con la cultura organizacional, los recursos disponibles, la estructura, las capacidades del personal y los procesos internos.
Una visión integral del contexto permite reconocer los factores que podrían convertirse en amenazas u oportunidades.
2. Involucrar a los equipos y partes interesadas
La gestión de riesgos no es responsabilidad exclusiva del área de calidad o de la alta dirección.
Involucrar a los equipos operativos, mandos intermedios y partes interesadas externas garantiza una identificación más completa. Cada persona aporta una perspectiva diferente sobre los riesgos que afectan su ámbito de trabajo.
Promover una cultura participativa y comunicativa ayuda a descubrir riesgos que, de otro modo, podrían pasar desapercibidos.
3. Analizar procesos, objetivos y escenarios
Cada proceso de la organización debe revisarse considerando sus entradas, salidas, recursos y actividades críticas.
Relacionar los riesgos con los objetivos estratégicos y operativos permite priorizar aquellos que realmente pueden afectar al logro de resultados.
Asimismo, el análisis de escenarios hipotéticos (por ejemplo, interrupción de la cadena de suministro o pérdida de talento clave) ayuda a anticiparse a posibles impactos y planificar respuestas adecuadas.
4. Utilizar herramientas de apoyo adecuadas
Existen múltiples herramientas que facilitan la identificación de riesgos, como:
- Mapas de procesos, para visualizar interrelaciones y puntos críticos.
- Tormentas de ideas, que fomentan la creatividad y la participación del equipo.
- Análisis FODA, útil para identificar fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas.
- Listas de verificación o lecciones aprendidas, basadas en experiencias previas.
Seleccionar las herramientas adecuadas según el tipo de organización y su madurez en gestión permite estructurar la identificación de manera eficiente y reproducible.
Cuando esta fase se realiza de forma rigurosa, los resultados del sistema de gestión de riesgos son más confiables y permiten tomar decisiones estratégicas basadas en datos reales.
En ISOTools, ayudamos a las organizaciones a automatizar y mejorar la gestión de riesgos según los requisitos de normas como ISO 31000, ISO 9001, ISO 14001, ISO 45001 ó ISO 27001, entre otras, facilitando una visión integral del desempeño y la toma de decisiones.
Es importante recordar, que una metodología sólida no servirá de nada si los riesgos no se identifican correctamente desde el principio.
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