La ISO 31000 es una norma internacional que proporciona directrices y principios generales para la gestión de riesgos en cualquier organización, independientemente de su tamaño, sector o tipo. Publicada por la Organización Internacional de Normalización (ISO), está diseñada para ayudar a las organizaciones a identificar, evaluar y mitigar riesgos de manera efectiva, fomentando una toma de decisiones informada.
Principales características de la ISO 31000:
- Enfoque basado en principios: Proporciona un marco de 8 principios clave:
- Creación y protección de valor.
- Parte integral de los procesos organizacionales.
- Toma de decisiones basada en evidencia.
- Consideración explícita de la incertidumbre.
- Enfoque sistemático, estructurado y puntual.
- Personalización según el contexto.
- Inclusión de las partes interesadas.
- Mejora continua.
- Estructura del marco de gestión de riesgos:
- Integración: El proceso de gestión de riesgos debe integrarse en la cultura, la gobernanza y los procesos de la organización.
- Diseño del marco: Se deben considerar factores externos e internos para que la gestión de riesgos sea efectiva.
- Implementación y revisión: Se requiere una supervisión constante para garantizar que el sistema se mantenga alineado con los objetivos organizacionales.
- Proceso de gestión de riesgos:
- Establecimiento del contexto: Definir los objetivos y el alcance del análisis de riesgos.
- Identificación de riesgos: Identificar los riesgos potenciales y sus fuentes.
- Análisis de riesgos: Evaluar las consecuencias y probabilidades de los riesgos identificados.
- Evaluación de riesgos: Priorizar los riesgos para determinar cuáles necesitan tratamiento.
- Tratamiento de riesgos: Implementar medidas para reducir, aceptar, compartir o evitar los riesgos.
- Monitoreo y revisión: Supervisar los riesgos y la efectividad de las medidas adoptadas.
- Comunicación y consulta: Garantizar que todas las partes interesadas estén informadas.
Beneficios de implementar la ISO 31000:
- Mejora la resiliencia organizacional.
- Optimiza la asignación de recursos.
- Reduce pérdidas y mejora la capacidad de adaptación ante cambios.
- Refuerza la confianza de las partes interesadas.
La ISO 31000 es de naturaleza flexible, por lo que no contiene requisitos específicos ni es certificable. Sin embargo, su adopción es un signo de buenas prácticas en la gestión de riesgos.
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