La gestión de riesgos consiste en identificar, evaluar y controlar los riesgos que podrían afectar el logro de los objetivos empresariales. La normativa ISO internacional, que nos ayuda a tener una buena gestión de riesgos es la ISO 31000.
Tipos de riesgos posibles dentro de una organización:
- Operacionales: Fallos en procesos internos o personas.
- Financieros: Fluctuaciones de mercado, impagos de clientes.
- Legales: Demandas, incumplimientos.
- Reputacionales: Daño a la imagen de la organización por malas prácticas.
- Tecnológicos: Ciberataques, Fallos informáticos.
Para una correcta evaluación de riesgos, las principales etapas a tener en cuenta son las siguientes:
- Identificación: Tenemos que identificar nuestras amenazas que pueden suponer un riesgo.
- Evaluación: Tenemos que hacer una evaluación del impacto y la probabilidad de los riesgos identificados.
- Tratamiento: Realizar planes de tratamiento de riesgos, para conseguir una reducción, transferencia o aceptación del riesgo.
- Monitoreo y revisión: Realizar evaluaciones continuas.
Integración de normativas de Cumplimiento y Riesgos
Cada vez más empresas optan por un modelo integrado de gestión de riesgos y cumplimiento (GRC: Governance, Risk & Compliance) para mejorar la transparencia, la eficiencia y la toma de decisiones estratégicas. Para ello se configuran indicadores de diferentes tipos:
- Indicadores de Riesgos (KRI – Key Risk Indicators)
Son métricas que miden la probabilidad de que ocurra un evento de riesgo y/o su impacto potencial. Se utilizan para anticipar amenazas y tomar decisiones preventivas. Estos indicadores permiten detectar desviaciones respecto a lo esperado y activar planes de mitigación.
- Indicadores de Cumplimiento (KCI – Key Compliance Indicators)
Son métricas que evalúan si una organización está cumpliendo con las normas, leyes, políticas internas o regulaciones externas. Su objetivo es prevenir sanciones, pérdidas reputacionales o legales. Estos indicadores ayudan a mantener la organización alineada con sus obligaciones legales y normativas.
¿Cómo se relacionan?
Los KRI y los KCI suelen complementarse, mientras los primeros identifican amenazas potenciales, los segundos confirman que se están tomando medidas adecuadas para cumplir con las normativas y reducir los riesgos.
En la gestión de riesgos, el porcentaje puede utilizarse para representar:
- Probabilidad de ocurrencia de un riesgo (por ejemplo, “riesgo de fraude con un 20% de probabilidad”).
- Porcentaje de incidentes ocurridos respecto al total.
- Porcentaje de riesgos mitigados dentro de un periodo.
Si necesita más información sobre la gestión de riesgos, la medición y seguimiento a través de indicadores, no dude en ponerse en contacto con nosotros.